Padre de Toñita, ex académica, asesinado en Veracruz

La cantante veracruzana Toñita, conocida por su participación en La Academia, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Salvador Salazar, su padre, falleció el pasado 6 de agosto en circunstancias que han encendido las alarmas

Padre de Toñita, ex académica, asesinado en Veracruz

La música se convirtió en el refugio de Toñita tras la trágica muerte de su padre, Salvador. Una llamada telefónica, llena de urgencia y desesperación, marcó el inicio de una pesadilla que la cantante aún procesa. "Mi hermana y yo recibimos la noticia de que papá estaba grave, pero su esposa no hacía nada para ayudarlo", reveló la artista a TVNotas, con la voz quebrada por el dolor.

El informe médico dejó una conclusión implacable: hemorragia cerebral causada por un fuerte golpe. "Un neurocirujano podría confirmar que no se trató de un derrame natural", afirmó Toñita, quien, junto a sus hermanos, ha presentado una denuncia por homicidio ante las autoridades de Tantoyuca. La lentitud de la viuda para buscar atención médica resulta crucial; nueve largas horas transcurrieron antes de que Salvador recibiera ayuda.

  • La falta de atención médica oportuna fue clave en el desenlace fatal.
  • Acusaciones de negligencia y posible ocultamiento de información.
  • Toñita sostiene que existían motivaciones económicas detrás de la relación.

Las palabras de Toñita pintan un cuadro desolador de los últimos años de vida de su padre: "Lo encontramos desnutrido, viviendo en una precaria choza, mientras su esposa disfrutaba de la casa que él mismo le había construido". A pesar del doloroso distanciamiento, la cantante encontró consuelo en una reconciliación con su padre antes de su fallecimiento.

La investigación se centra ahora en la viuda, quien, según las sospechas, habría cobrado seguros de vida a nombre de Salvador. La familia exige justicia mientras la Fiscalía de Veracruz investiga posibles delitos de maltrato a adulto mayor y homicidio culposo. Las pruebas reunidas, tanto legales como testimoniales, apuntan hacia una posible conspiración.

Con la determinación inquebrantable de quien busca justicia para su ser querido, Toñita concluye con una promesa: "No descansaré hasta que todos los responsables paguen por lo que le hicieron a mi padre". La música, la misma que compartió con su padre en sus primeros años, permanece como un faro de esperanza en medio de la oscuridad de esta tragedia.