Batalla legal por custodia: Natalia Jiménez solicita pruebas de drogas a su ex
El caso de custodia que involucra a la cantante española Natalia Jiménez y su exesposo, Daniel Trueba, toma un nuevo giro con medidas que podrían definir el futuro legal de ambos. Lo que inició como un proceso de divorcio ahora se centra en el bienestar de su hija, Alesandra, quien está a punto de cumplir nueve años
Una batalla legal silenciosa sacude la vida de una reconocida cantante tras una inesperada moción de emergencia presentada ante la Corte Familiar de Miami. El centro de la controversia: la custodia de su hija menor, y una serie de peticiones inusuales que han generado especulaciones y un velo de misterio sobre el caso.
El foco de la disputa reside en una serie de demandas sin precedentes:
- Análisis de folículos pilosos para determinar el consumo de sustancias en los últimos meses por parte de la cantante.
- Un estricto programa de monitoreo de alcohol y drogas durante tres meses, con informes semanales.
- La intervención directa del tribunal en caso de detectarse cualquier irregularidad.
La solicitud, presentada por la intérprete, ha sido respaldada por la guardiana legal, quien aludió a la existencia de "indicadores que justifican una revisión exhaustiva" del caso, sin entrar en detalles. La falta de transparencia alimenta las conjeturas sobre posibles incidentes previos no revelados al público.
El plazo para la realización de las pruebas, establecido para el lunes 4 de agosto, ha concluido sin confirmación oficial sobre si se han llevado a cabo. Expertos en derecho familiar coinciden en que la solicitud de este tipo de medidas solo se justifica ante la presencia de evidencia circunstancial contundente.
La cantante continúa con sus compromisos profesionales en Latinoamérica, aunque ha modificado su agenda para asistir a las audiencias judiciales más importantes. Mientras tanto, la otra parte involucrada ha emitido una breve declaración en la que afirma confiar en "la imparcialidad y objetividad de la justicia" en la resolución del caso. El futuro de la custodia y la verdad tras las acusaciones implícitas permanecen, por ahora, envueltos en una incógnita.