El dolor de Maribel Guardia por la pérdida de su madre
La vida de Maribel Guardia ha estado marcada por pérdidas profundas que han dejado cicatrices emocionales difíciles de sanar. Desde muy joven, la actriz aprendió a convivir con el dolor, pero hay heridas que, incluso con el paso del tiempo, siguen latentes
La reconocida actriz costarricense, Maribel Guardia, sorprendió a sus seguidores al revelar detalles desconocidos de su infancia en una emotiva entrevista para el podcast ChingonaMente, conducido por la periodista Marcela Mistral. Con lágrimas en los ojos, Guardia compartió el profundo impacto que tuvo la pérdida de su madre, Rita, a causa de la leucemia cuando ella tenía solo nueve años.
"La muerte de mi madre marcó mi vida para siempre", confesó la artista, describiendo vívidamente la angustia de esos días. Recordó con dolorosa precisión:
- El último abrazo de su madre antes de partir a la escuela, un recuerdo imborrable.
- El desgarrador encuentro con su hermana mayor, Vilma, desconsolada por la pérdida.
- Las noches interminables en las que soñaba con su madre, hasta que los sueños se desvanecieron, dejando tras de sí un vacío insondable.
"Para un niño, ver el cuerpo sin vida de su madre es algo traumático; la ausencia de su toque, su voz, su mirada... es una herida que nunca cicatriza por completo", explicó Guardia, quien reveló que el insomnio la acompaña desde entonces. Su hermana mayor, Vilma Chacón, asumió la responsabilidad de criar a Maribel, un acto de amor y sacrificio que Guardia agradece profundamente: "Es mi hermana Mima, mi madre en todos los sentidos", aclaró, disipando las confusiones entre sus seguidores.
Este año ha sido particularmente difícil para la artista. Además del fallecimiento de su hijo Julián Figueroa, ha tenido que lidiar con rumores de infidelidad por parte de su esposo, Marco Chacón, y especulaciones sobre su propia salud, incluyendo falsos diagnósticos de leucemia. "Estoy perfectamente bien, me realizo chequeos médicos constantemente", aseguró Guardia en un video reciente, desmintiendo categóricamente los rumores.
A pesar de los desafíos, la ausencia de su madre sigue siendo una constante en su vida. Cincuenta años después, el dolor por su pérdida persiste, un eco que resuena en cada entrevista, en cada confidencia, en cada noche de insomnio que la acompaña hasta el día de hoy. La fortaleza de Maribel Guardia es un testimonio de su resiliencia, pero también un emotivo recordatorio del profundo e imborrable impacto del duelo.