Gwyneth Paltrow y su compleja relación con la imagen corporal
En un fragmento de su próxima biografía, obtenido por People, se reveló un dato sorprendente sobre Gwyneth Paltrow; la actriz y gurú del bienestar, conocida por su estilo de vida estricto y su marca Goop, dejó al descubierto una de sus mayores preocupaciones desde su juventud
El temor a la obesidad, una palabra que resonó en el pasado de Gwyneth Paltrow, ha marcado, de manera notable, su compleja relación con la comida. Una anotación en su anuario escolar, junto a su nombre adolescente, simplemente decía "obesidad", revelando una preocupación temprana que, años después, se manifestaría de formas inesperadas.
La actriz, conocida por su estilo de vida saludable (o no tan saludable, según la perspectiva), ha enfrentado críticas recurrentes por promover dietas restrictivas. Su régimen de 2023, un cóctel de ayunos intermitentes, caldos de huesos y cenas paleo, desató una ola de controversia. Médicos y seguidores lo calificaron como una "dieta de inanición", generando un debate sobre los límites entre la salud y la obsesión.
- Desayuno: café negro, para un control estricto de la glucosa.
- Almuerzo: Caldos de huesos y sopas ligeras.
- Cena: Proteínas magras y vegetales al vapor.
Paltrow defendió su enfoque, atribuyéndolo a la gestión del COVID prolongado y la inflamación. "Funciona para mí", aseguró, añadiendo prudentemente, "pero no es un consejo para nadie más". Esta cautela, sin embargo, no mitigó las preocupaciones sobre la posible influencia negativa de su régimen en sus seguidores.
Este año, un cambio de rumbo. En su podcast, Paltrow confesó un respiro en su rigurosa dieta, reconociendo una obsesión por lo "demasiado saludable". "Me cansé de ser tan estricta", admitió, celebrando su reconciliación con el pan de masa madre y los quesos, un guiño a una vida más relajada y menos obsesionada con la perfección nutricional.
Aunque ha suavizado su enfoque paleo, Paltrow mantiene la premisa de consumir alimentos frescos, locales y de temporada. Su viaje con la comida, un camino marcado desde la adolescencia por el miedo a la obesidad, permanece como un testimonio complejo de la búsqueda —a veces extrema— de un cuerpo ideal.