Aryna Sabalenka se corona en el US Open tras una épica remontada y transformación mental
La presión de las grandes finales puede ser un monstruo difícil de domar. Aryna Sabalenka lo sabe mejor que nadie después de vivir en carne propia cómo los demonios mentales pueden arruinar incluso el mejor tenis
Un revés inesperado en Mykonos, una lección aprendida bajo el sol griego, y una victoria contundente en el Arthur Ashe Stadium. Así se resume la épica remontada de Aryna Sabalenka en el US Open.
Las lágrimas de frustración tras las finales perdidas en Australia y Roland Garros parecían un mal augurio. Pero un momento de introspección en sus vacaciones griegas, un "clic" como ella misma lo describe, cambió el rumbo de su temporada.
"El mar, el libro, la quietud... de repente lo entendí todo", confesó la número uno del mundo. Ese instante en Mykonos marcó un antes y un después. Sabalenka dejó atrás la expectativa pasiva de los títulos, abrazando la responsabilidad de su propio juego.
En la final ante Amanda Anisimova, una rival que la había derrotado en Wimbledon, Sabalenka demostró su nueva fortaleza mental. A pesar de:
- Perder su servicio en el punto de partido del segundo set.
- Enfrentar el apoyo abrumador del público neoyorquino a Anisimova.
- Los fantasmas de sus derrotas anteriores que acechaban.
Sabalenka se mantuvo firme. El marcador final, 6-3, 7-5, apenas refleja la intensidad de la batalla librada. Su reinvención mental fue la clave del triunfo, una victoria que la consagra como la primera mujer desde Serena Williams en revalidar el título en Flushing Meadows.
Su transformación no fue magia. Tras cinco años de terapia psicológica, Sabalenka comprendió un punto crucial: "Me di cuenta de que esperaba que mi psicóloga me arreglara, en lugar de asumir mi propia responsabilidad". Este cambio de perspectiva fue fundamental.
Las estadísticas de su temporada son impresionantes: 56 victorias en la WTA, el liderazgo del ranking durante todo el año. Sin embargo, este US Open era la pieza que faltaba en su corona. Ahora, su mirada se centra en Melbourne, donde buscará desquitarse de la derrota ante Keys y demostrar que su nueva madurez mental es sólida como una roca.
"Controlar mis emociones en una final... eso significa todo para mí", dijo una emocionada Sabalenka, celebrando junto a su equipo. Su historia es una prueba de que el camino al éxito no siempre es sencillo, y de que la capacidad de reinventarse ante la adversidad puede ser la clave para alcanzar la grandeza. El futuro brilla con fuerza para Aryna Sabalenka, y el mundo del tenis está expectante.