Campeonato de Béisbol Veteranos: En memoria de Rubén Minjárez
El ambiente en el estadio Dr. Alberto Hoeffer era distinto esta vez
El Campeonato Estatal de Béisbol de Veteranos Máster en Sonora no fue solo un espectáculo deportivo; fue un emotivo reencuentro con la historia. La pasión por el juego se entrelazó con la memoria, creando una noche inolvidable para todos los presentes.
El corazón del evento latía en la familia Minjarez Guillén, una dinastía profundamente arraigada en el béisbol sonorense. La leyenda de Don Rubén Minjarez, pilar fundamental del béisbol amateur y profesional, especialmente durante su tiempo con los Tigres de México en la década de los 50, flotó en el ambiente. Su legado, aunque él no estaba físicamente presente, se sintió con intensidad en cada jugada, en cada mirada.
Un momento conmovedor llegó durante la ceremonia inaugural, conducida por Enrique Valdés. Jorge Olivarria, presidente de la liga municipal, sorprendió a todos al devolver la casaca original que Don Rubén Minjarez usó hace más de seis décadas. “La tuve 20 años, pero hoy siento que es la devolución justa”, dijo Olivarria, mientras Rosa María Guillén, viuda de Rubén, luchaba contra las lágrimas. Este gesto simple, cargado de significado, encapsuló la esencia de la noche.
- Homenaje póstumo: Cristóbal Vargas (AEBES) y Marco Martínez (Instituto del Deporte) rindieron un sentido homenaje a Don Rubén Minjarez, reconociendo su invaluable contribución al deporte.
- Un lanzamiento cargado de emociones: Alonso Minjarez, hijo mayor de Don Rubén, lanzó la primera bola, un momento simbólico que unió pasado y presente. Su madre, Rosa María, le respondió con un batazo que, según un asistente, reflejó “ese rencor dulce que solo dan los recuerdos”.
- Rumbo al Nacional: El torneo estatal sirve como clasificatorio para el Campeonato Nacional en San Luis Potosí (24 de octubre - 1 de noviembre), una meta que seguramente estaría llena de orgullo para Don Rubén.
El Prof. Marco Antonio Carrillo declaró oficialmente inaugurado el evento, pero la verdadera inauguración fue la del corazón. El béisbol en Sonora, quedó claro esa noche, es mucho más que un deporte; es una tradición, un legado, una historia que se transmite de generación en generación. Una historia tejida con hilos de pasión, recuerdos y la perseverancia de un espíritu que trasciende el tiempo, como la casaca amarillenta que, por unas horas, volvió a vibrar con el rugir de la multitud.