Trump eclipsa la final del Mundial de Clubes
La escena parecía sacada de un guion surrealista: mientras el capitán del Chelsea, Reece James, alzaba el trofeo del Mundial de Clubes, un invitado inesperado robaba cámara. Entre el arquero Robert Sánchez y el centrocampista Cole Palmer, aparecía Donald Trump, con una medalla colgada al cuello como si fuera uno más del equipo
El estadio rugía. Un silencio sepulcral se apoderó del recinto solo para romperse segundos después en una explosión de júbilo. La imagen del expresidente Donald Trump, recibiendo una medalla de manos de Gianni Infantino, era surrealista, casi eclipsada por la actuación de un joven que, hasta hace unas horas, era un desconocido para la mayoría.
Cole Palmer, el héroe improbable de la noche, se convirtió en la figura central de la final, no solo por sus dos goles y una asistencia que destrozaron la imbatibilidad del PSG (436 minutos sin recibir goles), sino por la manera en que lo hizo. Con una frialdad asombrosa, el jugador de 23 años guio al Chelsea a una victoria contundente por 3-0, sellando su segundo título internacional en menos de un mes. Su actuación fue tan dominante que incluso eclipsó la peculiar presencia del exmandatario estadounidense.
Momentos clave de la victoria:
- Su primer gol, un disparo certero tras un error defensivo del PSG, marcó el tono del partido.
- Una jugada magistral con Levi Colwill culminó en su segundo tanto, un remate cruzado inatajable.
- Un pase milimétrico a João Pedro, que dejó sin opciones al portero Donnarumma, selló la goleada.
Mientras Trump abandonaba el campo con su medalla, un galardón cuya procedencia generó confusión en las redes sociales, Palmer recibía el Balón de Oro al mejor jugador del torneo. Con 18 goles en la temporada, el joven mediocampista inglés demostró su valía, un triunfo que le valió la inclusión en la campaña "Scary Good" de Nike junto a estrellas mundiales como Mbappé y Haaland; su rostro ya brillaba en Times Square.
El entrenador, Enzo Maresca, atribuyó el éxito a su estrategia ofensiva enfocada en el flanco izquierdo, una táctica que funcionó a la perfección desde el primer silbatazo. Las redes sociales, mientras tanto, se inundaron de memes sobre la inesperada aparición de Trump en la ceremonia. La FIFA se mantuvo en silencio sobre la naturaleza del premio otorgado al exmandatario, alimentando aún más las especulaciones.
Para Palmer, sin embargo, la noche fue una consagración: un doblete, un título y el reconocimiento mundial. Con tres goles en dos finales, la Conference League y ahora este triunfo global, el joven inglés se erigió como el rey indiscutible de la noche, un héroe que nadie vio venir, dejando su huella imborrable en la historia del torneo. Su imagen, junto a las palabras "Scary Good" en el videomarcador, resumía a la perfección su ascenso meteórico.