Sheinbaum urge a EU a evitar represalias contra mexicanos en partidos de fútbol

La presidenta de México Claudia Sheinbaum instó el viernes a las autoridades estadounidenses a no tomar medidas contra las personas que asistan al partido de fútbol de la Copa Oro previsto para este sábado en Los Ángeles entre la selección mexicana y la República Dominicana.

Sheinbaum urge a EU a evitar represalias contra mexicanos en partidos de fútbol

Un partido de fútbol bajo la sombra de la inmigración: Miles de aficionados mexicanos se preparan para asistir al encuentro del sábado en el SoFi Stadium de Inglewood, California, mientras la preocupación por las redadas de inmigración en Los Ángeles y el sur de California se cierne sobre la comunidad. Las autoridades federales han realizado operativos en el distrito de la moda y en estacionamientos de Home Depot, resultando en más de 100 detenciones.

La incertidumbre se ha apoderado de muchos, especialmente tras el despliegue de la Guardia Nacional y marines en Los Ángeles por orden de la administración Trump, generando protestas masivas en la ciudad, algunas de ellas violentas. El centro de Los Ángeles ha sido escenario de manifestaciones, bloqueos de autopistas e incluso incendios de vehículos. Ante esta situación, la selección nacional de México ha cambiado de hotel por motivos de seguridad, trasladándose del centro de la ciudad a Long Beach.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha pedido públicamente al gobierno de Estados Unidos que se abstenga de realizar redadas durante el partido de fútbol. "_Esperamos que no haya ninguna acción del Servicio de Migración y Aduanas (ICE) durante el partido_", declaró Sheinbaum en su conferencia matutina. "_Hacemos un llamado a la sensatez y a la protección de los asistentes al evento_". Los consulados mexicanos en Estados Unidos trabajan activamente en una campaña informativa para ayudar a sus ciudadanos en caso de detención.

El partido, que se espera que atraiga a una multitud considerable, se ha convertido en un símbolo de la tensión entre la celebración deportiva y la realidad de la inmigración indocumentada en Estados Unidos. La situación ha creado un clima de ansiedad y preocupación entre los aficionados mexicanos que planean asistir al encuentro, quienes temen posibles consecuencias al asistir al evento.

Mientras la ciudad se prepara para el partido, la sombra de las redadas de inmigración y las protestas que las han seguido, plantea serias dudas sobre la seguridad y el ambiente festivo que se espera en el evento deportivo. El futuro inmediato permanece incierto para muchos, con la esperanza de que el fútbol pueda proporcionar, al menos por un día, un respiro de la tensión política y social que ha envuelto a la comunidad mexicana en el sur de California.