Violencia en partido de Colo Colo deja dos muertos en Santiago
El fútbol, esa pasión que une a millones, también puede ser escenario de tragedias. Este fin de semana, la atmósfera en Santiago se cargó de una tensión palpable, un eco aún resonante de eventos que dejaron una profunda marca
Una tragedia marcó la noche del jueves en el fútbol chileno. Lo que prometía ser una vibrante jornada para los fanáticos de Colo Colo, culminó en una profunda conmoción tras dos muertes en los alrededores del Estadio Monumental durante el partido contra Fortaleza por la Copa Libertadores. Una adolescente de 18 años y un menor de edad perdieron la vida en medio de una serie de incidentes violentos que empañaron el encuentro y dejaron una profunda herida en el deporte nacional.
Fuera del Estadio Monumental, el caos reinó. Intentos masivos de ingreso ilegal desataron una respuesta policial con gases lacrimógenos y carros lanzaaguas, generando una estampida humana con consecuencias fatales. El colapso de estructuras de seguridad contribuyó a la tragedia, dejando escenas desgarradoras que rápidamente se difundieron por redes sociales.
El Presidente Gabriel Boric condenó enérgicamente los hechos, afirmando que se investigarán todas las responsabilidades hasta sus últimas consecuencias. El Ministro de Seguridad, Luis Cordero, anunció la imputación de dos carabineros por el uso de un vehículo lanza gases y la renuncia de Pamela Venegas, encargada del Departamento Estadio Seguro, asumiendo la responsabilidad de las fallas en seguridad.
La violencia, sin embargo, no se limitó al exterior del estadio. Dentro del recinto, peleas y enfrentamientos entre hinchas interrumpieron el desarrollo del partido. Un grupo de aproximadamente veinte aficionados irrumpió en la cancha, obligando a la suspensión definitiva del encuentro. Los jugadores del Fortaleza buscaron refugio en los vestuarios mientras los jugadores de Colo Colo intentaban calmar a la multitud enfurecida.
Testimonios desgarradores, como el de Natalia Moyamans, quien describió la imposibilidad de evacuar el estadio debido a los pasillos bloqueados, reflejan las graves deficiencias de seguridad y el grave sobrecupo presente en el recinto. Las autoridades prometen una investigación exhaustiva para determinar las responsabilidades y evitar futuras tragedias de similares características.
Las consecuencias de la violencia trascienden las puertas del estadio. Los disturbios se extendieron a las calles aledañas, con enfrentamientos entre hinchas y fuerzas del orden, actos de vandalismo y el cierre temporal de estaciones de metro. La investigación en curso busca esclarecer los hechos, identificar a los responsables y sentar las bases para un futuro más seguro en los estadios chilenos, para que la pasión por el fútbol no vuelva a teñirse de sangre.