Comienza construcción del muro fronterizo con diseño disuasorio, pero enfrenta críticas ambientales

En una zona donde el silencio del desierto suele reinar, el rumor de maquinaria pesada empieza a cambiar el paisaje. El Valle de San Rafael, un corredor natural entre Arizona y Sonora, se ha convertido en el escenario de un proyecto que promete redefinir no solo la frontera, sino también el ecosistema que la rodea

Comienza construcción del muro fronterizo con diseño disuasorio, pero enfrenta críticas ambientales

La construcción de un nuevo tramo del muro fronterizo ha comenzado, abarcando 27 millas con un costo estimado de 309 millones de dólares. Lo más distintivo de este proyecto es su diseño: el muro contará con un revestimiento negro no solo por estética, sino con un propósito disuasorio específico.

Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, explicó que el color oscuro está pensado para que el metal absorba el calor extremo del desierto, convirtiendo la barrera en un elemento activo de disuasión. El acero utilizado es de alta resistencia, diseñado para soportar temperaturas superiores a los 50 °C. Las autoridades estiman que la obra estará concluida en 18 meses.

Riesgo Ambiental y Fragmentación de Corredores

A pesar de los objetivos de seguridad, la obra enfrenta fuertes críticas de organizaciones ambientalistas, ya que atraviesa zonas consideradas críticas para la vida silvestre en el Valle de San Rafael.

El muro amenaza con fragmentar los corredores biológicos esenciales para especies como el jaguar y el ocelote, poniendo en riesgo la supervivencia de poblaciones ya vulnerables.

  •     Impacto Ambiental: Estudios preliminares indican que al menos 5 especies endémicas podrían verse seriamente afectadas por la construcción.

A medida que las excavadoras avanzan, el debate se centra en el verdadero costo del proyecto, cuestionando si los beneficios de seguridad justifican el impacto irreversible en el delicado ecosistema de la frontera.