Caen dos ciudadanos de EE. UU. Traficando migrantes cerca de Yuma, Arizona

Agentes fronterizos dieron un golpe contundente al tráfico de personas en una operación que dejó al descubierto una red de traslado ilegal de migrantes; el incidente ocurrió en una zona crítica de la frontera entre México y Estados Unidos, donde las autoridades han intensificado la vigilancia en los últimos meses

Caen dos ciudadanos de EE. UU. Traficando migrantes cerca de Yuma, Arizona

Dos ciudadanos estadounidenses fueron detenidos en el puesto de control de la Carretera 95, cerca de Yuma, Arizona, al intentar introducir ilegalmente a tres personas de nacionalidad mexicana sin la documentación requerida.

Los sujetos, identificados como el conductor y su acompañante, fueron interceptados en el retén fronterizo durante una revisión de rutina que activó las alertas, según confirmó un portavoz de la Patrulla Fronteriza.

Ambos enfrentan ahora cargos federales por violar el Título 8, Sección 1324 del Códice de Estados Unidos, que tipifica el transporte ilegal de extranjeros. En paralelo, los tres ciudadanos mexicanos interceptados fueron procesados por entrada no autorizada y se iniciaron los trámites para su deportación.

Cambio de Táctica en el Tráfico Humano

Este caso ha llamado la atención por el perfil de los involucrados y la modalidad de la operación, destacando que:

  1.     Se utilizaron vehículos particulares para intentar evadir los controles.
  2.     Involucró a ciudadanos estadounidenses como presuntos facilitadores del cruce.
  3.     La ruta elegida fue a través de zonas desérticas de Arizona, buscando vías alternas.

La Estación Blythe, responsable de la intervención, reporta un aumento del 18% en este tipo de incidentes durante el último trimestre. Expertos señalan que las redes de tráfico humano están modificando sus métodos ante el reforzamiento de la seguridad en los cruces tradicionales.

Las investigaciones continúan y el caso ya está en los registros judiciales del Distrito de Arizona. Las penas por este delito, dependiendo de la gravedad de los cargos, pueden superar los 10 años de prisión.