Recortes fiscales en Arizona: La nueva ley presupuestaria tendrá consecuencias
La nueva ley presupuestaria de EE. UU. reduce impuestos, pero recorta Medicaid y asistencia alimentaria, afectando a miles de familias en Arizona
Con una votación ajustada y en medio de un intenso debate, la Cámara de Representantes aprobó la controvertida ley presupuestaria "Big Beautiful Bill", un proyecto que promete importantes reducciones de impuestos pero que también provocará severos recortes en programas sociales cruciales.
La aprobación del proyecto, impulsado por el presidente Donald Trump y a último minuto antes de la fecha límite, ha generado una ola de reacciones encontradas. Si bien la ley contempla $4.5 billones de dólares en recortes fiscales, beneficiando a un amplio espectro de la población, desde trabajadores con salarios mínimos hasta altos ejecutivos, la contrapartida es una reducción de $1.2 billones en fondos destinados a programas sociales como Medicaid y SNAP (asistencia alimentaria).
El impacto en Arizona se estima significativo. Organizaciones como la KFF proyectan que más de 370,000 arizonenses podrían perder su cobertura médica bajo Medicaid. Las reducciones fiscales, aunque atractivas para muchos, podrían no compensar las consecuencias de la pérdida de acceso a atención médica y asistencia alimentaria para las familias más vulnerables. Un conserje en Phoenix que gana el salario mínimo, por ejemplo, podría recibir una reducción de impuestos de más de $3,000, mientras que las implicaciones para los beneficiarios de Medicaid podrían ser devastadoras.
La ley también introduce nuevas restricciones para acceder a Medicaid, exigiendo a ciertos beneficiarios trabajar al menos 80 horas al mes. Esta medida, junto con la eliminación de impuestos a propinas y horas extras y un alivio fiscal para adultos mayores con ingresos menores a $75,000, ha generado un debate acalorado. Representantes demócratas, como Greg Stanton, han expresado su profunda preocupación por el impacto de estos recortes en las comunidades más desfavorecidas, a pesar de que los recortes a Medicaid y SNAP no tendrán efecto hasta después de las elecciones legislativas de 2026. La incertidumbre sobre el futuro de estos programas sociales y sus implicaciones a largo plazo sigue siendo una fuente importante de inquietud.